La educación sexual fortalece los lazos de confianza entre padres e hijos
La mejor manera de alejarte de tu niña o niño es esquivando sus preguntas o respondiendo de mala manera ante sus dudas.
Hablar sobre sexo es una forma más de comunicación. Como sucede con cualquier otro tema, presentando la verdad estaremos consolidando un vínculo de confianza. Esta verdad no se explica de la misma manera a un niño de 7 años que a un adolescente de 13. Pero un niño que sabe que puede hablar con sus padres siempre tiene una base sólida y segura a la cual retornar.
Por lo general, cuando papá y mamá deseamos hablar con nuestros hijos e hijas sobre el sexo y la sexualidad, aparece la angustia sobre qué decir y cómo decirlo. La inseguridad y la ansiedad se manifiestan desde el inicio. No sabemos de qué manera ni cuándo abordar el tema; dudamos de nuestros conocimientos, de la exactitud de los mismos y sobre cuánta información ofrecer. A esto se suma lo difícil de saber a qué edad hay que hablar del tema.
La educación sexual es algo que transcurre durante toda la vida. A lo largo de la vida de nuestros hijos, y de acuerdo a la etapa de desarrollo en la que se encuentren, habrá distintos niveles de interés. La educación sexual en la familia no se trata sólo de explicar cómo vienen los niños. Debe presentar cómo formar actitudes y valores, debe enseñar a respetar la intimidad propia y de los otros, las relaciones y brindar las herramientas para adquirir información. Comprende además, el desarrollo sexual, la imagen corporal, la salud reproductiva, las relaciones interpersonales, el afecto. Abarca 3 dimensiones: biológica, psicológica y socio-cultural.
En esta capacitación, estaremos brindando principios y consejos prácticos que les ayudarán a dar respuesta a todos sus interrogantes.