Los padres narcisistas suelen asignar roles a sus hijos. Habitualmente se los suele llamar el hijo de dorado, el hijo ignorado y el chivo expiatorio u oveja negra.
Es muy probable que si estás leyendo esto, seas el chivo expiatorio 😉
En ti han depositado todas sus frustraciones, proyectan sus traumas y heridas no sanadas haciéndote el culpable de todo lo que pasa en la casa. Ellos viven en desconformidad contigo porque no te amoldas a sus creencias, valores e intereses. Les molesta que elijas otra carrera, que tengas otras elecciones de vida, que busques tu propio camino y desees tener tus propios espacios. No soportan tu independencia y tu potencial. La descalificación es constante cuando no logran controlarte. Generalmente eres envidiado, por eso te descalifican, boicotean y rechazan tus ideas. Obviamente, esto muchas veces de manera muy sutil, en caso de ser hijo de narcisistas encubiertos.
El hijo dorado es el hijo favorito, aunque para los progenitores, nunca hacen diferencia. Mi hijo el doctor, mi hijo el pastor, mi hija la contadora, etc. Este es el preferido porque es el mono volador por excelencia. (Ver mono volador)
Los padres generalmente lo usan, proyectan en ellos sus deseos y sueños no cumplidos, ellos son títeres en sus manos ya que como «niños adultos», nunca pueden decirles que no. Previamente los padres suelen darles todo a cambio de algo: que siempre hagan lo que ellos quieren.
Suelen trabajar en la empresa familiar o negocio de sus padres, les ofrecen vivienda, dinero, les hacen regalos, etc. Esto crea una dependencia emocional que hace imposible que ellos logren independencia. La «generosidad» de los padres suele ser sutil tijera encargada de cortarles las alas.
El discurso narcisista consciente o inconsciente es el siguiente: sos mío, de mi propiedad y con vos hago lo que quiero. Algo muy común es que suelen monopolizar las relaciones en función del hijo dorado.
Los padres narcisistas crean un círculo cerrado en donde nadie puede salir.
Por el otro lado, como se ha generado una alta dependencia emocional, el hijo dorado construye su autoestima sobre la base de querer agradarlos siempre. Son adictos a su aprobación (al igual que sus padres)
El hijo ignorado generalmente es el desplazado. Es el que queda sin atención ya que todo el enfoque se lo lleva el hijo chivo expiatorio o el hijo dorado. Siempre está buscando la aprobación y como complacerlos. No puede tener vida propia porque estar lejos o en discrepancia de los padres le genera temor ya que no sabe desenvolverse solo.
Su mayor propósito es agradar y complacer a sus padres. Generalmente es el mono volador del hijo dorado. Casi no tiene relación con el chivo expiatorio ya que decidir por si solo lo pone en un lugar peligroso: Puede ser expulsado del clan narcisista.
Estos roles son dinámicos y pueden cambiar con el paso del tiempo. Por ejemplo: antes de convertirse en un hijo ignorado, es probable que este niños haya sido en principio el hijo dorado al ser el «benjamín» de la familia. Luego, al nacer un nuevo integrante, el título de hijo dorado se lo lleva el más chico y como mecanismo de compensación puede volverse narcisista o simplemente ocupar el puesto de hijo ignorado o chivo expiatorio.
Algunos signos o síntoma en los hijos como consecuencia de este vínculo traumático son:
- Rasgos narcisistas
- Obesidad, tendencia a alcoholismo, drogas
- Ansiedad, inseguridad y temor
- Se comen las unas, temblor en las piernas
- Sonrisa forzada, síndrome del niño bueno
- Baja autoestima, dificultad para poner límites
- Irritabilidad
- Discurso lleno de muletillas
Algunos tips para tu recuperación:
- Desarrollar una autoestima sana
- Aumentar tu dominio y amor propio
- Buscar reparentizarte (empezá a cuidarte como si fueras tu propio padre)
- Buscar otros modelos de familia (busca un papá o mamá espiritual) que te ayude a suplir tus carencias afectivas.
- Lee y estudia sobre el narcisismo y la psicopatía. Mientras más sepas sobre este tema, más herramientas tendrás para evitar tu confusión y disminuir la disonancia cognitiva.
- Identificar tus talentos, intereses personales y vocación.