Jesús tenía seguidores, gente que lo amaba y lo seguía como también gente que lo odiaba o incluso deseaban su muerte.
Apenas un niño, ya tenía un terrible enemigo: “Herodes el grande”, que más que grande, era un flor de psicópata. (Dime lo que alardeas y te diré lo que escaseas).
Si prestas atención a los detalles del texto bíblico, verás que lo describe mejor que el DSM V. (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders).
Leyendo Mateo 2, podrás observar que Herodes fue manipulador, mentiroso, con una altísima necesidad de control, de poder y por sobre todo, lo invadía el terror de perder el trono. Tenía un total desconocimiento de quién era el Mesías, pero aún así le perturbaba profundamente que otro sea el rey. Tramaba cuidadosamente sus planes para destruir a Jesús gracias a su perfil de personalidad carente de empatía y amor. Se observa en las Escrituras una marcada y descontrolada furia cuando descubre que fue engañado por los Magos de Oriente (ira narcisista) y mandando matar a todos los niños menores de dos años, observamos que realmente más que peligroso era sinistro. (Mateo 2:16)
Advertido por Dios en sueños, José su padre, HUYE junto a María y Jesús a Egipto para salvar sus vidas de las garras de Herodes. Parafraseando en un lenguaje actual, podemos decir que con esta huida comienza el CONTACTO CERO.
Así se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta Oseas: «De Egipto llamé a mi Hijo» (Mateo 2: 13-15).
Pero presta atención a este detalle que se observa leyendo directamente desde el libro del Antiguo Testamento. El Texto Sagrado agrega un detalle no menor: …YO LO AMÉ, y de Egipto llamé a mi hijo (Oseas 11:1)
En función de esto, la conclusión es la siguiente: Tienes que considerar al contacto cero como un llamado de Amor de nuestro Padre Celestial para protegerte a ti y a tu familia de las garras del psicópata.
¿Qué estás esperando?, Huye, todavía estás a tiempo!