La adolescencia

¿Cuándo nos percatamos que nuestro niño ha entrado en la etapa de la adolescencia? 
Seguramente, uno de los primeros indicios junto a los numerosos cambios físicos ha de ser el cambio radical de la comunicación con sus padres. Comienzan a desprenderse de «papá y mamá» y empiezan a ser más independientes. 

Por otro lado, el valor que dan a la mirada y opinión de sus pares de la  misma edad, va creciendo cada vez más con la necesidad imperiosa de «pertenecer» al grupo. Sus amigos comienzan a ser considerados «vitales» en comparación con sus padres, a la hora de opinar o de tomar ciertas decisiones. La voz de sus padres pierde fuerza y la descalifican. De esta manera vemos que así como la tarea del niño era jugar; ahora la tarea de nuestro adolescente es rebelarse. Comienza a disentir con sus padres; quienes eran sus héroes hasta ahora, convirtiéndose en los peores villanos.  

El adolescente vive «el HOY». Una de nuestras tareas como padres es «historizarlo»: es decir ayudarlo a hacer un puente entre el presente y el futuro. Enseñarles que las acciones de hoy, repercutirán en el mañana. En esta etapa vital es fundamental «no soltar la crianza»: es muy importante conocer a sus amigos, saber con quiénes se junta.    

De a poco y desde su «yo» débil, empieza a establecer su propia escala de valores y afirmar sus propias opiniones más fuertemente (autoafirmación). 
Quiere ser adulto sin perder los beneficios de la infancia («voy a salir; dame dinero»). Avanza, retrocediendo.

En este momento debemos estar atentos, porque a muchos padres este distanciamiento que la adolescencia provoca les duele y es cuando desean hacerse «amigos» de sus hijos, dejándolos huérfanos. Es de suma importancia establecer límites claros, ya que el límite no limita; el límite libera. Siempre desde el amor y la comunicación, estableciendo acuerdos y dejando claras las consecuencias.

Si bien no hay fórmulas en la crianza de un adolescente, aquí van algunos consejos que pueden servirte:

  •  Favorecer la buena COMUNICACIÓN
  • Reservar un momento del día para ESCUCHARLO atentamente
  • EMPATIZAR e intentar comprender su punto de vista
  • Demostrar INTERÉS GENUINO por sus asuntos personales
  • NUNCA minimizar sus problemas  
  • NO TOMAR COMO ALGO PERSONAL su posible mal humor
  • Ayudarlo a APRENDER de sus errores
  • Ser HONESTO con él
  • No utilizar NUNCA la culpa
  • No corregir en IRA
  • Establecer reglas y acuerdos CLAROS
  • Como padres, RESPETAR las reglas que juntos acordamos
  • SOSTENER en el tiempo la disciplina 
  • ADAPTARSE y crecer con ellos 
  • Facilitar SU VOCACIÓN    
  • RESPETAR su proceso

Esta etapa consiste en una montaña rusa emocional, por lo cual es muy importante no abandonar la comunicación y el diálogo con ternura que venimos construyendo con nuestro hijo desde que era muy  pequeño; respetando sus espacios en este nuevo ciclo de su vida y comprendiendo que no querrá pasar tanto tiempo con nosotros como antes lo hacía. 

5 frases poderosas que impactarán la vida de tus hijos si se las dices con frecuencia y desde que son pequeños, durante todo su crecimiento:

1.- “Eres muy importante y especial para mí y toda nuestra familia”
2.- “Estamos orgullosos de ti”
3.- “Tu opinión es muy importante”
4.- “Perdón”
5.- “Te amo”

Recordemos que su meta principal es madurar y lograr independizarse, y lo mejor es conectar  y disfrutar con él acompañándolo en el proceso.
Y siempre recuerda… si tu hijo no te escucha, no te preocupes! Te está filmando!!!

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